R.I.P: reciclar, imprimir, publicar. De existir un diccionario comiqueril, no caben dudas de que ésta sería la explicación adosada a la sigla RIP (su real significado es “Rest in peace” -descansa en paz si la tradujéramos al español- y se coloca en las tumbas).
No estamos cometiendo un sacrilegio al proponer esta idea sino, por el contrario, reflejar una de las tantas leyes independientes que posee el mundo de la historieta: en el noveno arte, son muy pocas las muertes definitivas. A veces los personajes suelen sufrir algún tipo de desmayo, otras veces se adentran en un sueño místico o desaparecen de la galaxia en busca de redención. En ocasiones hasta son congelados (…tanto por sus “archienemigos” como por sus “archieditores”).
Superman, Robin, Linterna Verde, Flash, Capitán América, Bucky, Capitán Mar-Vell, Elektra, Jean Grey; la lista de personajes fallecidos -contando tanto aquellos que retornaron como los que no- parece interminable.
“Es lógico, y hasta diría que justo, lo que suele ocurrir en determinadas ocasiones con determinados personajes. La idea de darle fin a un protagonista quizás es más interesante que la de mantenerlo así durante mucho tiempo” intenta aclarar -más pareciera que solo oscurece- Joe Quesada, Editor de Marvel Comics.
Desde la competencia las respuestas parecen no variar: “en el mundo del cómic la muerte tiende a ser algo cíclico cuando se trata de personajes principales y algo fijo cuando se trata de personajes eventuales. Todo comienza de un modo, finaliza de otro, y vuelve a empezar desde cero. Quizás se deba al poder o luz propia que mantienen algunos personajes. De todos modos, siempre hay sorpresas” afirmaba, tiempo atrás y para la Revista Wizard, Grant Morrison, viejo guionista de Marvel, más asociado a la DC Comics.
Analizada ya la opinión de los “titiriteros”, es hora de revisar la historia de sus “marionetas”…
Superman
Muerte: Superman Vol. II N° 75 (enero 1993)
Regreso: The Adventures of Superman N° 505 (octubre 1993)
Hubo un día en el cual lo imposible, lo improbable, lo impensado, sucedió. ¿Superman muerto? Sí, ocurrió en el año 1993, en el número 75 (vol.2) de la serie que llevaba su mismo nombre. Doomsday, una extraña criatura proveniente del mismo centro de la tierra (aunque su origen luego sería contado de varios modos diferentes), pondría contra las cuerdas al superhéroe por antonomasia obligándolo a sacrificar su vida en pos de una victoria.
Hasta aquí la historia “oficial”. En cambio, la historia “editorial” tiene otros argumentos: al parecer, en DC ya estaban hartos de ver cómo Clark Kent y su alter-ego se repetían número a número por lo que decidieron darle salida. La idea era, luego de matarlo, mantenerlo un tiempo considerable en “el freezer” para luego comenzar desde cero (sus series pasarían a tener nuevas numeraciones, se pensó en buscarle un sucesor entre su circulo de archienemigos y hasta en efectuar una película actuada).
Claro que la demanda de la gente obligó a “acelerar el proceso” y transformar el deceso en unas “vacaciones”. Así, poco tiempo después, salieron a la calle los siguientes especiales que, de a poco, iban dejando pistas sobre una posible y esperada vuelta. Tras la muerte vino “el funeral”, “el legado”, “el regreso”, “el reinado de los superhombres” y hasta las curiosas versiones “Azul y Roja”.
De este modo, para cuando Superman volvió, se pudo notar una clara bocanada de aire fresco en el personaje (también algunos manoseos).
Si bien en la actualidad nuestro poder de asombro ya se encuentra reducido a cenizas, vale destacar que en los noventa ver a Superman muerto en brazos de Louise Lane provocó todo un impacto.
Linterna Verde
Muerte: The Final Night (1998)
Regreso: Green Lantern Rebirth (2004)
A decir verdad, en esta sección podríamos hacer un repaso de casi la totalidad de los Green Lanterns pues, francamente, la mayoría de ellos murieron al menos una vez sufriendo antes importantes tragedias (¡no pueden matar a la chica de Kyle Rayner y meterla dentro de una heladera!). De todos modos hemos optado por centrarnos en solo uno: Hal Jordan.
Se trata, nada más ni nada menos, que del segundo Linterna Verde. Este muchacho era un piloto de avión quien adquirió sus poderes al serle entregado un anillo junto a una batería (cortesía de un extraterrestre moribundo llamado Abin Sur). Claro que con un “gran poder, viene una gran responsabilidad” perdón, eso era de otro personaje; lo cierto es que a partir de ese obsequio Jordan aceptó un contrato tácito: defender la galaxia (en verdad un sector de ella) a cualquier precio. Precio que, en cierto punto, se volvería desmedido: Jordan sufriría la destrucción de su ciudad y con ella la de sus afectos quedando al borde de la locura.
Luego de causar todo tipo de daños en la búsqueda de reconstruir su hogar, Jordan encontraría la muerte: la saga “la noche final” relata su último sacrificio y un intento desesperado por enmendar errores pasados.
Claro que en la firma DC no aguantarían demasiado en traerlo nuevamente al Multiverso (término que bien podría utilizarse por separado -Multi Verso- para explicar muchas situaciones).
Así, en la miniserie “Green Lantern Rebirth” se relataría la vuelta de Hal Jordan con lo cual, una vez más, la historia nos demuestra lo transitorio de la palabra muerte en los cómics.
Robin
Muerte: Batman N° 427 -A death in the family- (1988)
Regreso: Batman N° 638 -Hush- (2005)
Pareciera ser que en el mundo del cómic “segundas partes no son buenas” ni para las historias en sí ni para los personajes. Ya relatada la trágica vida de Hal Jordan -segundo Linterna Verde- llega el turno de contar la de Jason Todd: el segundo Robin que acompañó a Batman.
Considerado como un rebelde, este personaje se inició al lado del Murciélago tras la independencia de Dick Grayson (anterior Robin que decidió patrullar las calles en solitario bajo el nombre de Nightwing).
Lo curioso de su muerte no fueron las causas sino, más bien, los métodos: Jason Tood murió al estilo “Reality Show”. La historia cuenta que el pobre nunca pudo superar las siempre odiosas comparaciones con Dick Grayson, jamás logró meterse en el público y por lo tanto la DC decidió implementar un interesante sistema: votar telefónicamente para decidir su futuro.
Fue así que, en lucha frente al Guasón, en la saga que finalmente se llamaría “Una muerte en la familia”, Robin terminaría por sucumbir (bomba en el pecho, de por medio) no solo a manos del villano de la sonrisa demente sino también por obra y gracia del público y su sufragio.
Jason Tood permaneció en la tumba durante mucho tiempo (17 años) y a nadie se le cruzaba por la mente la idea de volver a la vida un personaje que jamás había enamorado a la gente.
Parece que para mediados del año 2005 en DC sobraban un par de palas pues, más allá de cualquier sensación, decidieron desenterrar a Jason Todd y colocarlo en la saga denominada “Hush” concediéndole así un último deseo: venganza (del Guasón por haberlo ejecutado y de Batman por no haberlo vengado).
Desgraciadamente -y a pesar de que su personaje promete seguir apareciendo en las colecciones DC- al pobre de Jason Todd no le quedó tiempo para una tercera vendetta y debió volver a la Tumba sin haberse tomado revancha de aquellos que en verdad lo asesinaron: el público que, años atrás, había optado por marcar el número 0-800-Bomba-en-el-Pecho.
Flash
Muerte: Crisis on Infinite Earths N°8 (1985)
Regreso: Pendiente.
Barry Allen es, como muchos recordarán, el segundo hombre en vestir el traje de Flash.
Su primera aparición data del año 1956, en el número cuatro de la revista “Showcase Comics”.
Accedió a sus poderes producto de un rayo furioso que cayó en su laboratorio (él era un policía científico considerado, irónicamente, tan lento como impuntual) desatando un derrame de productos químicos que lo nutrirían de una velocidad sobrehumana.
Si bien durante los más de 200 números que duro la colección su vida sufrió grandes dramas (desde pérdidas sentimentales hasta condenas judiciales), el caos total recién llegaría junto con la revolucionaria serie titulada “Crisis en Tierras Infinitas”.
En ella Flash muere en un intento por desbaratar los planes del Antimonitor. Barry muere como lo que fue: un héroe sin vicio alguno.
Cuenta la leyenda que, en lo que respecta al plano editorial, la muerte de este segundo Flash se debió a razones simples: Barry no era ni viejo ni joven, ni clásico ni moderno, ni Jay Garrick ni Wally West, en pocas palabras era un Flash gris. De este modo, tras sacarlo del Multiverso, los popes de DC tuvieron libertad para tomar la posta de una idea tan creativa como la de Flash desde otros ángulos.
De todos modos, más allá de estas cuestiones comerciales la realidad indica que de todos los personajes difuntos de la DC es quizás a Barry Allen a quien mejor le sentó ese estado.
Tras su muerte él alcanzó un status que en vida le hubiera sido prácticamente imposible de conseguir: el de leyenda.
Capitán América
Muerte: Captain América Comics N° 75 (1945) // Captain América Vol. V N° 25 (2007)
Regreso: The Avengers N° 4 (1964) // Pendiente.
La historia del centinela de la libertad parece ser cíclica: primero viene una guerra y luego una muerte, luego otra guerra y, finalmente, una nueva muerte.
La primera “supuesta” caída del Capitán América ocurrió una vez finalizada la segunda Guerra Mundial. Steve Rogers y su compañero Bucky Barnes -de quien ya hablaremos más adelante- habían dado la vida por defender su bandera. Fue exactamente en un enfrentamiento contra el villano conocido como Baron Zemo I que ambos cayeron al intentar desactivar una bomba con destino a Londres. El resultado fue exitoso pero trágico: ellos desactivaron el proyectil pero sufrieron el impacto de lleno. Murieron. ¿Murieron?.
Es en este punto en el cual, nuevamente, hay una historia editorial que bien vale la pena relatar: para ese entonces -fines de la década del 40- las ventas del cómic protagonizado por el Capitán América habían bajado notablemente. Al parecer la gente ya no se sentía atraída por las historias bélicas (…y a esa altura un tanto politizadas) de Steve Rogers. Por lo tanto decidieron suspenderla: así, durante los 50, los E.E.U.U su quedarían sin su verdadero Capitán América. De todos modos cabe destacar que diversas fuerzas políticas presionaron a la editorial para seguir sus historias alegando que “el Capitán América es un símbolo del espíritu norteamericano y ese espíritu jamás muere”: fue en ese período que vimos algunos funestos reemplazos para el papel del Centinela de la Libertad.
Con el pasar del tiempo, el público marvelita comenzó a demandar la vuelta de Steve Rogers quien, de hecho, es históricamente uno de los primeros héroes que tuvo “la casa de las ideas” (la creación de Joe Simon y Jack Kirby data de 1941).
El problema era, ¿cómo traerlo de vuelta?. Sencillo: el Capitán América nunca había muerto y, en cambio, tras la lucha con el Baron Zemo, terminó por caer a las heladas aguas del Atlántico Norte quedando “congelado” como Walt Disney y “frío” como el pecho Juan Sebastián Verón.
Pero las cosas aún no eran tan fáciles pues en Marvel todos se preguntaban si no era demasiado arriesgado reactivar su colección de forma tan abrupta. Fue así que nació una nueva idea: sumar al
Capitán América al grupo conocido como “Los Vengadores” para tantear las cosas. Así, para marzo de 1964, Iron Man y su grupo de Avengers se encargarían de sacarlo de hielo, volverlo a la vida y sumarlo a su equipo consiguiendo los mejores resultados.
Debieron pasar más de 40 años para que Steve Rogers experimentara su primer “déja vu”.
En el 2007 las cosas ya no eran como antes aunque tampoco eran tan diferentes: la Guerra Mundial ya era cosa del pasado pero la Guerra Civil se alzaba prometiendo ser aún peor.
Es decir, una cosa era luchar frente a un claro adversario que intentaba jaquear los derechos humanos y otra muy diferente era hacerlo contra aquellos que, confundidos o no, siempre habían sido nobles amigos.
Esta famosa “Guerra Civil” (para cualquier despistado, en muy breves palabras resumiremos esta batalla como “un enfrentamiento que dividió a los héroes en dos bandos: el de los renegados que no querían trabajar para el gobierno ni revelar sus identidades y el de los oficialistas que sí aprobaban esas ideas) terminaría destruyendo en todo sentido a Steve Rogers. Cansado de pelear contra los molinos de viento y contra un prototipo de ciudadano estadounidense impulsado por el miedo, el Capi se rendiría.
Decisión de la cual sacaría provecho su archienemigo Cráneo Rojo. Manipulando a Sharon Carter -importante afecto de Steve- el villano conseguiría asesinarlo con una serie de disparos (…a decir verdad, en el cómic nunca se sabe cuando se utilizan armas de fuego, cuando de rayos, cuando de protones o cuando de dardos tranquilizantes pues todas tiran esos peculiares y clásicos ”rayitos de colores”).
El 4 de marzo del 2007 el mundo entero quedó sorprendido al ver como el número 25 de la última colección del Capitán América se titulaba “la muerte de un sueño”. ¿Verdad o sueño?.
Fenix
Muerte: Tantas ... (Uncanny X-Men N° 136 <<1980>> // New X-Men N° 150 <<2003>> // Phoenix Endsong <<2005>>).
Regreso: Tantos … (The Avengers N° 263 <<1986>> // Phoenix Endsong <<2005>> // Pendiente).
Jean Grey, también conocida bajo el nombre de Marvel Girl, es uno de los miembros fundadores de los X-Men. Su origen data del año 1963; ella hizo su aparición en el primer número de la colección denominada “Uncanny X-Men”.
Pero su salto a la fama, su paso a la eternidad, o su triste celebridad, ocurriría una vez revelados sus poderes de “Fénix” (entidad cósmica que nutriría a Jean tanto de grandiosas habilidades como de conflictivas personalidades).
A partir de ese viaje especial que supuso el nacimiento de Fénix, el personaje cambiaría radicalmente transformándose no solo en un eslabón fundamental del Universo Marvel sino también en el epicentro de una innumerable serie de desgracias.
La primera tragedia tuvo lugar en la saga editada en los ´80 y denominada como “el Fénix oscuro”: allí Jean Grey, manipulada por “El Club del fuego infernal” (viejos rivales de los Hombres X), se transformaría en la peor y más violenta versión del Fénix. Envuelta en un espiral de destrucción, y con la psiquis al borde del colapso, sobre el final Jean tomaría conciencia de lo que está pasando resolviendo como única solución autodestruirse.
El Fénix se había ido. La “Chica Maravillosa” también. Pero el manoseo editorial recién comenzaba.
La saga del “Fénix Oscuro” -escrita por Chris Claremont y dibujada por John Byrne- tuvo las mejores críticas por lo cual, indudablemente, en Marvel no tardarían demasiado en intentar repetir la fórmula.
Ellos decidieron utilizar a Jean como “caballito de batalla” para lanzar, seis años después de su muerte, una nueva serie a la calle: Factor-X.
Así, la historia de su regreso narraba cómo el equipo de superhéroes (a esta altura bien podría ser de rescatistas) conocido como The Avengers, encontraba el cuerpo de Jean dentro de un capullo y en animación suspendida (...término que hemos escuchado miles de veces pero todavía cuesta definir científicamente qué significa).
Un considerable tiempo después, cuando ya le habían sacado todo el fuego a su personaje (…), vendría el segundo cisma en la vida de Jean Grey. Para esa altura -año 2003- las cosas ya habían mutado (…) en la mansión de los hombres X: Charles Xavier no era tan indiscutido como años atrás, la relación con Cíclope tenía tantos altos como bajos y la incursión de Emma Frost suponía competencia. Entre todo eso, la tragedia nuevamente llamaría a la puerta.
En un enfrentamiento contra el villano “Xorn” -éste haciéndose pasar por Magneto-
Jean y Wolverine terminarían siendo lanzados en un asteroide rumbo al sol. Pensando que era el fin, e intentando concederle una muerte sin sufrimiento, Wolverine atraviesa a la mujer de sus sueños. El efecto no fue el esperado (bah, en realidad sí fue el esperado porque la ensartó); Logan solo consiguió que el Fénix -radicada aún en su interior- renaciera. Acto seguido, Jean Grey regresó a la tierra enfrentándose al falso Magneto y muriendo por salvar a sus compañeros.
Hablemos un poco de ventas: más allá de cualquier debate sobre ética o códigos comiqueriles, lo cierto es que la historieta es una industria y la fórmula “Fénix Vive-Fénix Muere” siempre funcionó a nivel comercial.
Desde la misma empresa Marvel se han cansado de afirmar que cada vez que un personaje desaparece ya hay guionistas trabajando para volverlo a la vida.
Igualmente parece que existen ciertos límites los cuales comprobamos en la miniserie “Phoenix Endsong” (2005). La misma nació con la idea de traer a Jean para siempre pero, sobre la marcha, la
“Factoría” se arrepintió y decidió contar lo que sería más bien una “despedida”.
Luego vendría una secuela de esta historia llamada “Phoenix Warsong” pero aquí, una vez más, solo se coquetea con la idea de resucitar a Jean Grey (¡al fin alguien pensó en el pobre de Cíclope que cada vez que sale de la Mansión, pareciera, debe llevar una pala!).
De momento Fénix se encuentra dos, tres o cuatro metros bajo tierra y los editores parecen, por primera vez, decididos a dejarla descansar en Paz. Aunque con el significado mitológico que ostenta el ave Fénix…
Elektra
Muerte: Daredevil N° 181 (1982)
Regreso: Daredevil N° 325 (1994)
Bonita, escultural, atractiva…y sumamente peligrosa. Así es Elektra Natchios. Creada por Frank Miller, Elektra, una asesina a sueldo, debutaría en Marvel Comics a través de las páginas de la colección de Daredevil (exactamente en el número 168).
Sus orígenes la describen como una joven común y corriente que, recién tras la muerte de su padre, adoptaría la posición de una verdadera guerrera. Unida sentimentalmente a Matt Murdock (Daredevil), Elektra nunca ha adquirido una posición fija debatiéndose siempre entre el bien, el mal y sus conveniencias. Claro que, en momentos decisivos, ella siempre ha sabido en qué vereda mantenerse.
Así ocurrió en el número 180 de Daredevil: Kingpin ordena a Elektra asesinar a Foggy Nelson -socio y amigo de Daredevil- pero ésta se revela descartando el trabajo y renegado de su profesión de cazarecompensas. Acto seguido, y considerada ya como una traidora, ella mantendría un combate con el villano Bullseye. El resultado sería fatal: Elektra perdió la vida.
A partir de este momento comienza un espiral de rencores el cual, casualmente, no tiene que ver con la ficción sino con la realidad. Ocurre que, más allá de cualquier tipo de guiño, Frank Miller -creador del personaje de Elektra y guionista de Daredevil en su llamada era dorada- siempre se encargó de dejar bien en claro que la señorita Natchios se había ido para no volver.
Pero los popes de Marvel nunca estuvieron demasiado contentos con esa idea hasta que, finalmente, decidieron desenterrarla: en 1994 la dupla creativa compuesta por Chichester y MCDaniel II reviviría a Elektra.
Enojado con los malos manejos ejercidos sobre su personaje, Frank Miller se lanzaría a sacar un tomo denominado “Elektra Lives Again” en el cual, en contra de lo que sugiere el título, el autor aclara que la guerrera vive pero solo en el recuerdo y la memoria de Matt Murdock.
Es interesante leer esta anécdota pues son contadas las veces en que los artistas defienden con tanto ímpetu su trabajo situándolo, inclusive, por sobre las cuestiones comerciales.
Recientemente el personaje de Elektra volvió a situarse en el ojo de la tormenta.
¿Qué pasó? La “femme fatale” volvió a morir. Claro que, en este caso, vaya a saber si fue por un ataque de nervios de Frank Miller o por qué otra razón, los editores se echaron atrás y terminaron explicando que “no se trataba de la verdadera Elektra sino de un Skrull que había tomado su lugar”.
Supergirl, Hawkeye, Blue Beetle, The Vision, Coloso, Elongated Man, Bart Allen, Ant-Man, Starman. La lista de muertes -temporales o permanentes- es demasiado extensa. Las tumbas que han cavado tanto en Marvel como en DC son tan numerosas como las de cualquier otro cementerio.
A pesar de todo, ésto no logra amedrentar a nuestros héroes ni muchos menos.
Y ahí van ellos. Una, dos, tres, mil veces. Incansables. Con sus capas algunos, con sus máscaras otros. Todos ellos, extraordinarios hombres, se lanzan hacia la muerte: lo hacen por valientes, por temerarios, ¿o porque saben que, en el cómic, la muerte no es algo irremediable?.
viernes, 29 de febrero de 2008
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